domingo, 12 de julio de 2009

Libro Primero - EL RETORNO DE LOS HERMANOS

EL REGRESO
Se han detenido en la colina dos hombres descalzos, medianos de estatura, robustos, de legitima estirpe indígena. Sus sombreros empalmados, de Ilama, están sucios, como sus pantalones y camisas de manta-dril. Cada uno lleva su maleta cargada con mecapal y su cuchillo envainado, pendiente del cinturón de cuero.

Ambos se han detenido para contemplar con regocijo el poblado de Ilamatepeque, tendido a sus pies en la planicie, junto al río Ulúa, en el departamento de Santa Barbara. Una sonrisa grata ilumina sus rostros cobrizos y tostados de soles y vientos. Les embarga la emoción del retorno a su pueblo, después de tantos años de ausencia. Y, no obstante el tiempo, parece que nada a cambiado. Ahí esta la iglesia, aun sin repellar, con sus altas torres y su silencio; quizás es la misma cruz del perdón, frente a la plaza quieta donde los burros sestean bajo los jiquilites. Allá, el cabildo Municipal, o sea la Sala Consistorial, con su misma puerta ancha y su corredor de pilastras blancas, donde el alcalde solía reunir al pueblo para las grandes determinaciones comunales. La casa blanca, encalada, de Gervasio Lázaro, el buen don Gervasio, que les arrendaba tierras para sus maizales y frijolares. también se ve la casa de don Antonio Trochez, con su cerco de piedra y sus arboles frutales, donde siempre vigilaban unos perros terribles. Don Antonio era el padrino de casi todos los jóvenes del lugar. Se contemplaban, así mismo, el Barrio Arriba y el Barrio Abajo. Además, las barracas antiguas, en cuyos patios rojizos, las mujeres tejían obras de palma o elaboraban el mezcal del henequén para los señores de Santa Barbara.

Los dos hombres se beben todo el panorama bucólico del pueblo con sed de cariño y de recuerdos. Ahí pasaron su niñez y su adolescencia; ahí aprendieron a trabajar y a endurecer la vida en las labores campesinas, junto a los ilamatepeques, sus hermanos de sangre y religión.

Tomado del libro
Los Brujos de Ilamatepeque
Séptima Edición 1993
Editorial Ramón Amaya Amador
Inicio del Libro Primero.

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